Si usted y su pareja acaban de saber que están esperando un bebé, le sorprenderá aprender sobre la variedad de pruebas prenatales a su disposición. Exámenes de sangre, orina, exámenes médicos mensuales, cuestionarios dietéticos y seguimiento del historial familiar, cada prueba puede ayudarle a evaluar su salud y la de su bebé, y a prevenir riesgos potenciales de salud.
Contrario al caso de sus padres, usted también tiene la opción de realizarse pruebas genéticas. Estas pruebas identifican la probabilidad de transmitir ciertas enfermedades o trastornos genéticos (aquellos ocasionados por defectos en los genes – las pequeñas unidades que contienen el ADN que determinan las características y el funcionamiento del cuerpo entero) a su hijo.
Algunos de los trastornos genéticos más comunes incluyen: síndrome de Down, fibrosis quística, anemia falciforme, enfermedad de Tay-Sachs (una enfermedad mortal que afecta al sistema nervioso), espina bífida.
Si su historial médico sugiere que una prueba genética sería de beneficio, probablemente su médico lo refiera a un especialista en genética. O puede ser que usted quiera buscar este tipo de ayuda por sí misma.