En los últimos años la mejora en la calidad de las imágenes ecográficas en 3D obtenidas durante el embarazo han conseguido que obtengamos fotos espectaculares del futuro bebé, sorprendiendo no solo a los futuros padres sino incluso a los propios médicos.
Han transcurrido 25 años desde que la ecografía tridimensional fue introducida en obstetricia revolucionando el diagnóstico por la imagen. Durante todos estos años, la evolución de los aparatos ecográficos, de cada vez más alta resolución, y la mayor experiencia de los ecografistas, han hecho que consigamos tener imágenes de los fetos impensables hasta hace muy poco tiempo.
La ecografía tridimensional (3D) se basa en el mismo principio básico de los ultrasonidos convencionales pero mostrando una imagen estática en tres dimensiones del feto. Cuando además podemos ver la imagen del feto en movimiento, es decir, en tiempo real, es cuando nos referimos a ella como ecografía 4D.
Aunque puede realizarse en cualquier momento de la gestación, según en la semana que nos encontremos podremos ver mejor unas cosas u otras. Antes de las 20 semanas visualizaremos al feto de cuerpo entero y en etapas más tardías, la visualización queda más limitada a estructuras más concretas. En etapas tempranas podemos apreciar el movimiento de todo el feto con más comprensión para los papás, pudiendo observar también la cara, extremidades… Más avanzado el embarazo, la visualización de la cara no deja aún de sorprendernos a todos los que nos dedicamos a esta profesión, pudiendo incluso distinguir actitudes del futuro bebé que después reconocerán los padres:
chuparse el dedo, bostezos, posiciones concretas de los brazos…
En nuestra unidad de ecografías utilizamos un ecógrafo de alta resolución, VOLUSON E-8 de General Electric, y somos un equipo de expertos con años de experiencia en este tipo de ecografías.
Recomendamos realizarla entre las 12-20 o entre las 25-29 semanas de gestación aunque opcionalmente puede realizarse en cualquier otro período.
No obstante, en ocasiones la obtención idónea de la imagen puede estar dificultada por diferentes motivos: posición fetal, falta de líquido amniótico, embarazos gemelares, transmisión sonográfica deficiente de la paciente, miomas uterinos… y esto hay que tenerlo presente a la hora de decidir hacerla.
Durante la exploración se hará también un estudio morfológico del feto aunque nunca sustituirá las ecografías recomendadas en los protocolos de asistencia obstétrica y es importante saber que, aunque se obtengan imágenes espectaculares, en la actualidad la ecografía 3D/4D nunca puede sustituir la ecografía convencional en el diagnóstico de las malformaciones fetales.