El bebé: Desarrollo en la semana 21 de embarazo
El bebé pesa unos 300gr y mide 18 centímetros, ¡madre mía como crece!
En esta semana el crecimiento no será tan rápido como en semanas anteriores.
Si tu bebé es una niña ya tiene la vagina formada, si el bebé está en la posición adecuada, cuando realicen el ultrasonido se podrá confirmar el sexo del hijo que esperas. El sistema digestivo del bebé le permite tragar líquido amniótico, absorber parte de este líquido en el intestino delgado y pasar el resto al intestino grueso.
Estas funciones favorecen que el sistema digestivo vaya madurando y creciendo. Al mismo tiempo, el líquido amniótico absorbido contiene nutrientes necesarios para el desarrollo de tu bebé.
Todas las características físicas de tu bebé, incluyendo el color de los ojos y del cabello, se determinan por la combinación de genes que hereda de ti y de su papá. Los genes se combinan al azar, y aunque en teoría los colores oscuros son los dominantes, tampoco es una regla fija. Por ejemplo, si tú y tu esposo, o bien tus papás, tienen un color de ojos diferente, tu bebé puede heredar cualquiera de estas posibilidades. Hay casos incluso en los que parejas con los ojos color café, han tenido hijitos con los ojos azules. El color definitivo de los ojos de tu bebé se asienta hacia el primer cumpleaños, pero el color del cabello cambia a medida que tu hijito crece.
La madre: Cambios en la madre en la semana 21 de embarazo.
En estos días no para de moverse, como puede que hayas notado. Según algunos estudios, un feto se mueve más o menos 50 veces cada hora, ¡incluso cuando está durmiendo! Todos esos movimientos sirven para estimular su desarrollo físico y mental. Por las mañanas no notarás tanto movimiento, sin embargo, por la noche parece que tiene ganas de fiesta y no para de moverse.
En este periodo las molestias que sentías al principio del embarazo desaparecen y las molestias que conllevan estas semanas son más leves y podrás soportarlas de mejor manera. Ahora es el momento de disfrutar mejor de tu embarazo.
Quizás haya algunas cositas que te estén preocupando. Por ejemplo, el exceso de grasa en la cara puede haberte producido algunos granitos de acné. Para reducir este tipo de erupciones, intenta lavarte bien con un jabón suave y agua, al menos dos veces al día.
El embarazo añade presión a las venas de las piernas. El volumen de la sangre se ha incrementado y el útero ejerce mucha presión en la vena cava inferior, que es una vena grande que devuelve la sangre desde la parte inferior del cuerpo hasta el corazón. Por si fuera poco, el aumento de la progesterona hace que las paredes de las venas se relajen y se vuelvan más prominentes. Todos estos factores contribuyen a estimular las várices. Lo normal es que aparezcan en las piernas, pero a veces también aparecen en la vulva.
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