La vagina es un buen indicador de la salud de una mujer, aunque también una gran olvidada en el ámbito de la salud en cuanto a foco de síntomas de diversos problemas clínicos. Por ejemplo, los cambios y desequilibrios hormonales provocan grandes cambios en la vagina, tales como sangrado anormal o sequedad vaginal. Pero no es lo único que pueden decir sobre la salud.
El nivel de acidez es mayor en la vagina que en otras partes del cuerpo de la mujer. Esto se debe a que es su forma natural de mantener a raya a bacterias y gérmenes. Sin embargo, es posible contraer una infección a través de ella y uno de los primeros signos suele ser el flujo. Si se produce un cambio brusco de la secreción vaginal puede ser un signo de que se ha contraído una infección. En el apartado de las infecciones, independientemente de las enfermedades de transmisión sexual más habituales, el nivel de flujo puede dar pistas sobre ellas, pero habrá que tener en cuenta que esto hay que medirlo fuera de los días de menstruación, momento en el que el flujo también cambia.
Una infección por hongos es una de las más habituales. Se manifiesta en la vagina a través de una sensación intensa de picor o quemazón. También pueden aparecer unas pequeñas manchas de color blanquecino.
A través de la vagina también puede saberse si una medicación no es adecuada. Ciertos tipos de medicamentos, ya sean antibióticos o píldoras anticonceptivas, pueden afectar negativamente a la naturaleza propia de la vagina. Algunas píldoras anticonceptivas están vinculadas a la sequedad vaginal debido a su efecto hormonal en el cuerpo. Esto puede causar que el sexo sea doloroso. El problema generalmente se corrige al cambiar de medicamento. Pero además, tomar la píldora anticonceptiva equivocada puede llevar a niveles excesivos de estrógenos, lo que puede hacer a la mujer más susceptible a contraer infecciones por hongos.
El cáncer cervical (o carcinoma de cérvix o cáncer de cuello de útero) es un cáncer que se forma en el tejido del cuello uterino. Un frotis de PAP (o Prueba de Papanicolaou) o una prueba de HPV son las maneras más populares y más efectivas de detectar el cáncer en sus primeras etapas, pero a veces la vagina puede dar ciertos signos de que las cosas no van bien en este ámbito. Por desgracia, estos síntomas visibles aparecen en etapas donde el cáncer es más invasivo y está más desarrollado. Estos signos son hemorragias anormales, como hemorragias después de relaciones sexuales, períodos intermedios o períodos mucho más largos y más intensos, secreciones inusuales que pueden ser sangrientas y dolor durante las relaciones sexuales.
Fuente: 20minutos
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