Tal vez sea un tema del que no suelas hablar mucho con tus amigas o tus familiares, pero el flujo vaginal es algo normal en las mujeres y merece tu atención, porque sus cambios te pueden indicar desde que día ovulas hasta si estás sufriendo algún tipo de infección. Por tanto toma buena nota sobre los cambios que puedes sufrir en el flujo y cuándo te da indicios para asistir a tu ginecólogo.
Las secreciones provenientes de la vagina es posible que comiencen entre 6 meses a un año antes de que empiece el período menstrual en una mujer. Esto es debido a los cambios hormonales. En el cuello del útero se encuentran unas glándulas que producen una especie de “moco” transparente que se puede volver blanco o amarillento. El flujo vaginal normal no huele a nada, y es una parte totalmente natural de ser mujer.
A lo largo de tu ciclo menstrual, la cantidad y la consistencia del flujo varía dependiendo de tus niveles hormonales, y por tanto, del momento del ciclo en el que te encuentres:
- Fase folicular: Tras finalizar la menstruación la parte más interna de la vagina es bloqueada por un tapón de mucosidad. Un moco ácido y espeso que sirve como defensa para prevenir alguna infección. En esta fase el flujo es escaso, blanquecino o transparente, de textura líquida o pegajosa. Conforme van pasando los días el cuerpo empieza a prepararse para un posible embarazo. Algunas mujeres y en algunas ocasiones perciben que ha caído el tapón de mucosidad apareciendo un grumo relativamente grande, de color opaco y de consistencia mucho más densa que el moco fértil. Es el tapón del que hablábamos antes y que ha estado protegiendo la entrada en la fase folicular, que se desprende dejando libre la entrada, indicando que el período fértil ha comenzado.
- Fase de ovulación: En estos momentos del ciclo el flujo vaginal y su pH se incrementa hacia la neutralidad (disminuye su acidez), provocando que sea más elástico y asemejándose a la clara de huevo, lo que permite que los espermatozoides tengan más facilidad para pasar por el cérvix hasta las Trompas de Falopio, donde es posible que el óvulo esté preparado para su fecundación.
- Fase lútea: Si no se produce la fertilización durante el período de tiempo en el que el óvulo está dispuesto, el cuerpo de la mujer se va preparando para eliminar el óvulo con la siguiente regla. Durante esta fase la progesterona hace que las características del flujo cambien, haciéndolo blanquecino, más espeso y cremoso y de pH más ácido.
Es importante que te observes y sepas cómo evoluciona el flujo de una fase a otra, pues cada mujer es diferente, y si notas de repente que el flujo vaginal aumenta, de una forma significativa, cambia de color, o empieza a oler, es momento de consultar con el especialista, pues puede ser que tengas algún tipo de infección. Entre las causas más comunes de flujo vaginal anormal son las siguientes:
- Vaginosis Bacteriana: Cuando las bacterias que viven normalmente en tu vagina aumentan en exceso provocando un desequilibrio. Esto puede causar secreciones grisáceas y con un olor similar al del pescado.
- Enfermedades de Transmisión Sexual: Clamidia, Gonorrea, Tricomoniasis, etc.
- Cáncer del cuello uterino o cáncer de la vagina.
- Vulvo-Vaginitis infecciosas
- Vaginitis Atrófica
En estos casos además de estar atenta a los cambios del flujo vaginal también debes prestar atención a ciertos síntomas y consultar a tu médico si:
- Además de los cambios en el flujo tienes dolor abdominal o pélvico, o si tienes fiebre.
- Tienes duda si pudiste haber contraído alguna enfermedad de transmisión sexual (ETS)
- Tienes ampollas en la vagina o en la vulva.
- Sientes ardor al orinar
Igualmente el flujo vaginal no es normal en una niña que aún no ha llegado a la pubertad. Si se da el caso es importante consultar con el especialista.
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