Los virus del papiloma humano, llamados también papilomavirus, son un grupo de más de 150 virus relacionados. Más de 40 de esos virus pueden propagarse por contacto directo de una piel a otra durante el sexo vaginal, anal y oral.
Los HPV transmitidos sexualmente entran en dos categorías:
· Los VPH de bajo riesgo, los cuales no causan cáncer pero pueden causar verrugas en la piel (conocidas técnicamente como condylomata acuminata) en los genitales o en el ano alrededor de ellos. Por ejemplo, los tipos 6 y 11 de HPV causan 90% de todas las verrugas genitales.
· Los HPV oncogénicos o de alto riesgo, los cuales pueden causar cáncer. Se han identificado al menos una docena de tipos de VPH de alto riesgo. Dos de esos, los tipos 16 y 18 de los HPV, son responsables de la mayoría de los cánceres causados por VPH.
El HPV es de muy fácil transmisión: se estima que 4 de cada 5 personas van a contraer este virus en algún momento de su vida. Dado que el HPV por lo general no produce síntomas, tú puedes adquirir el virus y transmitirlo a tu pareja sin saberlo. Afecta tanto a hombres como a mujeres, pero en las mujeres es más grave. La única manera de detectarlo en las mujeres es haciendo una citología (Papanicolaou). Por esto es recomendable realizar la prueba al menos cada 2 años.
¿Puede evitarse la infección por el virus del papiloma humano?
La forma más confiable de prevenir la infección por un virus del papiloma humano ya sea de alto o de bajo riesgo es la de evitar cualquier contacto oral, anal o genital de piel de una persona a otra. Para quienes son activos sexualmente, una relación mutuamente monógama a largo plazo con una pareja no infectada es la estrategia con más posibilidades de prevenir la infección por VPH. Sin embargo, debido a la falta de síntomas, es difícil saber si una pareja que ha sido activa sexualmente en el pasado está infectada ahora por VPH.
La investigación ha mostrado que el uso correcto y constante de los condones puede reducir la transmisión de los virus del papiloma humano entre parejas sexuales. Sin embargo, las zonas no cubiertas por un condón pueden infectarse por el virus, por lo que los condones probablemente no proporcionan una completa protección contra la propagación del virus.
¿Cómo se detectan las infecciones por VPH?
Las infecciones por VPH pueden detectarse mediante el análisis de una muestra de células para ver si contienen el ADN o el ARN del virus.
La prueba más común detecta el ADN de varios tipos de VPH de alto riesgo; sin embargo, no puede identificar el tipo o los tipos específicos que están presentes. Otra prueba es específica para detectar el ADN de los tipos 16 y 18 de VPH, los dos tipos que causan la mayoría de los cánceres relacionados con los VPH. Una tercera prueba puede detectar el ADN de varios tipos de VPH de alto riesgo y puede indicar si está presente el tipo 16 o el 18 de los VPH. Una cuarta prueba detecta el ARN de la mayoría de los tipos más comunes de VPH de alto riesgo. Estas pruebas pueden detectar infecciones por VPH antes de que sean evidentes las anomalías celulares.
¿Cómo funcionan las vacunas contra VPH?
Las vacunas contra VPH funcionan como otras inmunizaciones que protegen contra infecciones virales. Los investigadores supusieron que los componentes de superficie únicos a los VPH podrían crear una reacción de anticuerpos capaz de proteger al cuerpo contra la infección y que estos componentes podrían usarse para formar la base de una vacuna.
Los componentes de superficie de VPH pueden actuar entre sí para formar partículas semejantes a virus (virus-like particles, VLP) que no son infecciosas porque no tienen ADN. Sin embargo, estas partículas pueden pegarse a células y estimular el sistema inmunitario para que produzca anticuerpos que puedan impedir que papilomavirus completos infecten células en encuentros futuros.
Aunque las vacunas contra VPH pueden ayudar a impedir la infección futura por VPH, no ayudan a eliminar las infecciones por VPH ya presentes.
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