El bebé: Desarrollo en la semana 26 de embarazo.

En este momento tu hijo pesa alrededor de 900 gramos y mide cerca de los 23 cm., desde la cabeza hasta el final de la columna, sin contar las piernas.

El feto ya tiene establecido sus ciclos de sueño y de vigilia. Pasará grandes ratos durmiendo en los que apenas le sentirás y otros en los que le notarás moverse con más energía, por lo que pronto podrás reconocer su ritmo del sueño e identificarás las horas en las que está despierto.

Es probable que comience a hacer uso de los reflejos más importantes, como el reflejo labial de succión, o reflejos de protección. De hecho, cuando oiga ruidos repentinos, extenderá sus brazos y piernas como mecanismo de autodefensa.

Así mismo, el feto ingiere aproximadamente medio litro de líquido amniótico diario, para continuar con la maduración del sistema digestivo y respiratorio, y ayudar en su pleno desarrollo.

La madre: Cambios en la madre en la semana 26 de embarazo.

Como hemos comentado en semanas anteriores cada vez tendrás que orinar con más frecuencia debido a la compresión del útero sobre la vejiga. Cuidado, porque a veces puede existir una infección de orina que se enmascara con los síntomas del embarazo. Por tanto, si te molesta o te escuece al orinar, acude a tu médico para que a través de un análisis de orina pueda confirmarte la existencia o no de tal infección.

En el pecho, la aureola mamaria cada vez es mayor y más oscura. Pueden aparecer unos pequeños bultos debido a unas glándulas que se encargan de segregar una sustancia para lubricar el pecho durante el embarazo y protegerlo durante la lactancia frente a posibles infecciones.