El bebé: Desarrollo en la semana 6 de embarazo.

En la sexta semana de embarazo el embrión ya mide entre 2 y 4 mm.  Su cabeza es muy grande en comparación con el resto del cuerpo, y en ella ya se pueden notar manchas oscuras donde más tarde tendrán lugar los ojos y la nariz, al igual que huecos donde aparecerán sus orejas.

Su corazón ya está latiendo y se podrá apreciar mediante una ecografía vaginal. El tubo neural se está cerrando y empiezan a aparecer las raíces de los miembros inferiores. Este es el comienzo del período embrionario, se produce la formación de la mayoría de los órganos, y, por tanto, existe mayor susceptibilidad a malformaciones.

La madre: Cambios en la madre en la semana 5 de embarazo

En esta semana aún no ha habido un aumento de peso significativo, de hecho, debido a las náuseas y vómitos, la gestante puede estar muy revuelta y hacer que disminuya el apetito, por lo que está dentro de lo normal que se pierda algo de peso. Si es el primer embarazo es posible que aún no se experimenten variaciones en el abdomen. Sin embargo, si ya ha habido algún embarazo previo, los pantalones o faldas empezarán a quedar estrechos. No sólo será el abdomen, sino también los muslos, quienes estarán más hinchados de lo normal.

El pecho cada vez se irá notando más hinchado y más sensible. La aureola se oscurecerá cada vez más, incluso hay mujeres que desde el comienzo de la gestación segregan leche.

Las micciones se harán cada vez más frecuentes. También muchas mujeres refieren un aumento de flujo vaginal y una sensación de humedad continua.

A partir de esta semana pueden comenzar los ardores de estómago. Debido al aumento de relaxina y progesterona en el cuerpo, la válvula “Cardias”, que es la encargada de cerrar la entrada al estómago desde el esófago, permanece abierta en las embarazadas. Este reflujo irá en aumento a lo largo de la gestación, conforme lo va haciendo el tamaño del útero.

Si la gestante padece de hernia de hiato sufrirá los ardores o reflujos de forma más precoz y severa. Para disminuir en medida de lo posible este molesto síntoma, lo mejor es evitar comidas picantes o muy especiadas y procurar no hacer comidas muy copiosas, siendo preferible hacer varias al día de escasa cantidad.

En cualquier caso, recuerde siempre consultar con su médico y/o su matrona cualquier cambio o sintomatología que se note durante su embarazo.