El bebé: Desarrollo en la semana 3 de embarazo.

En la tercera semana de embarazo el corazón del bebé es un grupo de células musculares aletargadas y diminutas, pero que sobre los 22 días explota de vida. Una célula se contrae espontáneamente, contagia a sus vecinas y comienza una reacción en cadena hasta que todas las células del corazón empiezan a latir.

Estas células están programadas para controlar los latidos del bebé hasta que el cerebro se haga cargo en las próximas semanas. Por ahora, el corazón distribuirá el alimento y el oxígeno que el embrión necesita para crecer.

El corazón del futuro bebé ya late con una media de 150 pulsaciones por minuto, aunque no se podrá escuchar sus latidos hasta aproximadamente la semana 12 en la primera ecografía. A partir de la semana 27 podrán escucharlo quienes apoyen su cabeza en el abdomen de la gestante.

Realmente el bebé tiene una semana, y aunque puede ser visto sólo a través de un microscopio ya tiene cerca de 150 células que conforman el blastocito. Cuando esta semana termine, el blastocito se adhiere al endometrio. Este proceso se llama implantación. Cuando haya pasado cierta cantidad de tiempo, esta implantación se convertirá en la placenta.

Los 23 cromosomas del óvulo se han unido a los 23 cromosomas del espermatozoide. Con esta unión se decide el sexo del bebé, las características mentales y físicas. Se presentan las vellosidades coriónicas que van a ponerse en contacto con los vasos sanguíneos de la madre. De este modo el bebé obtendrá los nutrientes y oxígeno, y podrá eliminar los productos que no le son necesarios.

La madre: Cambios en la madre en la semana 3 de embarazo

Algunas mujeres tienen una pequeña hemorragia en el momento de la implantación. Aunque suele ser de escasa cantidad, algunas veces se confunde con una menstruación. Todavía es pronto para notar un aumento en el tamaño de los pechos aunque algunas mujeres lo refieren. De igual forma, puede aparecer alguno de los siguientes síntomas: dolor de senos, fatiga y nauseas, aumento de las ganas de orinar, mayor percepción de los olores, dolor de cabeza, etc.

Es un período en el que la madre debe tener especial atención en sus alimentos, asegurándose de ingerir comidas sanas con suficiente hierro, calcio, proteínas y ácido fólico. Con estos elementos se logrará:

  • Aumentar el flujo sanguíneo del bebé y prevenir que tanto la madre como el niño padezcan anemia.
  • El calcio ayuda a la madre a tener un bebé sano y con huesos y dientes fuertes.
  • Las proteínas generan tejidos nuevos.
  • El ácido fólico ayuda a prevenir la espina bífida.

Además, tomar ácido fólico antes del embarazo y durante los meses del embarazo reduce en un 40% el riesgo de que el bebé nazca con labio leporino.

Si han pasado más de diez días del posible día de la fecundación, el test de embarazo ya puede dar positivo, aunque si sale negativo no significa que no exista embarazo, ya que tal vez la fecundación se ha producido un poco más tarde, y quizás aún sea demasiado pronto para detectarse con el test de orina.

Mediante ecografía también es demasiado pronto para que se pueda detectar cualquier signo de embarazo.