1. Si sufres ardor de estómago tu bebé nacerá con mucho pelo.

La cantidad de pelo del bebé difícilmente puede hacerte sentir nada de nada: recuerda que vive protegido por el líquido amniótico en el interior de tu útero. La acidez o ardor de estómago se produce a causa del aumento del tamaño de la matriz, que puede aplastar y desplazar hacia arriba al estómago, provocando reflujo. Para evitarlo, procura comer en pequeñas cantidades, evita el consumo de grasas, fritos, vinagre, especias y bebidas con gas y duerme con la zona superior del cuerpo ligeramente elevada.

2. El tamaño del pecho en la madre.

El tamaño del pecho no va a influir en la capacidad de generar leche y aún menos la forma del mismo. En un principio y dejando patologías aparte, todas las mujeres tienen la capacidad de generar la leche necesaria para el bebé.

3. Hay que comer por dos.

Son muchas las futuras mamás que se preguntan: ¿estando embarazada debo comer más de lo habitual? ¿Qué hay de cierto en el mito de que la futura mamá debe comer por dos?

Si tu peso es el adecuado, no necesitas calorías extra durante los primeros seis meses de embarazo. Durante ese tiempo, tu cuerpo absorbe y usa los nutrientes de los alimentos de forma muy eficiente. Para los últimos tres meses de embarazo, el bebé sólo necesitará que incrementes tu dieta en unas 300 kilocalorías. La ingestión de calorías recomendada hasta los tres últimos meses de embarazo se sitúa en torno a las 2000 kcal/día.

Los especialistas recomiendan seguir estas sencillas indicaciones para controlar el aumento de peso durante el embarazo.

4. La forma de la barriga.

Otro mito bastante curioso es el que determina el sexo del bebé según la forma de la barriga. Éste dice que aquellas barrigas que tengan forma de pico serán varones y si tienen forma redonda serán mujeres.

Hoy en día no existen estudios científicos que afirmen que la forma de la barriga, la frecuencia cardíaca, etc determinen el sexo del bebé.

5. Si ves mucho la televisión o estás mucho rato con el ordenador, la radiación afectará al bebé.

De acuerdo con numerosos y exhaustivos estudios, no existe ninguna evidencia de que las radiaciones del monitor del ordenador o de la televisión tengan incidencia sobre el desarrollo del bebé. La exposición a estos aparatos no incrementa el riesgo de malformaciones, ni de bajo peso al nacer, ni de parto prematuro…

No obstante, si tu jornada laboral transcurre sentada ante un ordenador, debes levantarte al menos cada hora y pasear un rato, para favorecer la circulación, descansar la vista y evitar problemas de espalda.

6. Hay más partos con luna llena.

Nunca se ha llegado a demostrar. Aunque la Luna influye en las mareas, y seguramente en todo medio acuático (el líquido amniótico lo es), su “poder” a la hora de provocar el parto sería mínimo en comparación con otros factores, principalmente hormonales, que son los que realmente lo desencadenan.

7. Relaciones sexuales.

Según el mito, la penetración puede dañar al feto durante el acto sexual. Esto es totalmente erróneo, el feto se encuentra bien protegido por el líquido amniótico y el tapón mucoso y no puede sufrir ningún daño. Desde el punto de vista médico, las relaciones sexuales durante el embarazo sólo están contraindicadas si existe amenaza de aborto, si se producen dolores o si hay sangrados o pérdidas de líquido amniótico. En circunstancias normales, la actividad sexual no sólo no es dañina, sino que resulta útil, ya que los músculos pélvicos se mantienen activos y las ligeras contracciones relacionadas con el orgasmo fortalecen la musculatura uterina.

En todo caso, a medida que el embarazo avance quizá sea necesario cambiar las posiciones para no ejercer presiones molestas sobre el abdomen. Y, además, algunos médicos recomiendan dejar las relaciones sexuales en los últimos días: consulta con el tuyo.