Lo primero y principal que se debe hacer una vez que la mujer se ha decidido a ser madre, es asistir al ginecólogo para una revisión. Probablemente en esta visita se prescribirá la toma de ácido fólico, vitamina del complejo B que reduce el riesgo de concebir un hijo con defectos del tubo neural, como la espina bífida. La mayor eficacia del ácido fólico se alcanza cuando la duración de su ingesta es de tres meses, por eso se recomienda tomarla antes del embarazo, y continuar tomándola tres meses después de haber conseguido el mismo. Aunque prácticamente no tiene contraindicaciones, siempre es imprescindible contar con la prescripción médica, pues dependiendo de los antecedentes patológicos la cantidad que se debe administrar de esta vitamina puede variar de una mujer a otra.

En esta visita el especialista también hará un examen pregestacional donde podrá detectar posibles factores de riesgo en el embarazo, valorando, entre otras cosas, los antecedentes familiares y tratamientos médicos que se estén llevando a cabo por parte de la futura gestante. Aunque una mujer esté sana, el embarazo puede desencadenar alguna enfermedad y siempre que sea posible prevenirla o controlarla, beneficiará el desarrollo de la gestación y cuidará de la salud tanto de la madre como del bebé. A su vez, proporcionará mayor seguridad e implicación desde el primer día, asumiendo los cuidados de la mujer como si ya estuviera embarazada, cuidando la alimentación, dejando de fumar, no consumiendo alcohol, controlando el estrés, etc. Todo serán consejos y recomendaciones para concebir y llevar un embarazo sano a buen término.

Asimismo también podrá informar del funcionamiento de los test de ovulación. Test que se pueden encontrar fácilmente en cualquier farmacia y que indica cuales son los días más propicios para que la concepción se produzca. Pero no sólo los test pueden indicar cuales son estos días fértiles, hay más opciones, aunque también más minuciosas, que ayudan a establecer cuáles son esos días idóneos.

Método Calendario:

Mediante este método se deduce el período fértil contando los días transcurridos a partir de la menstruación. Hay tres condiciones a tener en cuenta:

  • La ovulación se produce una sola vez al mes, normalmente a mitad del ciclo.
  • La vida del óvulo es de 24 horas.
  • Los espermatozoides sobreviven en el interior de la mujer 72 horas.

Con estas tres premisas, y una vez se ha detectado el día de la ovulación, teniendo relaciones sexuales 4 o 5 días antes de éste o un día después, las probabilidades de quedarse embarazada son más altas, puesto que es el período de mayor fecundidad.

Ejemplo: Si el ciclo dura 28 días, la ovulación se producirá el 14º día, deben mantenerse relaciones sexuales entre el día 9º y 17º.

Es un método muy sencillo, pero poco práctico para mujeres que tienen los ciclos muy irregulares.

Temperatura Basal:

Es la temperatura de una persona que se acaba de despertar después de haber dormido durante un mínimo de 5 horas. Para medirla se necesita un termómetro de mercurio convencional y una tabla para anotar la temperatura.

El método se basa en que cada día, al despertar, sin haber hecho movimientos bruscos y sin hablar, se mide la temperatura, (se debe tomar siempre aproximadamente a la misma hora y con el mismo termómetro) y una vez tomada se anota en la tabla. Al finalizar el ciclo, se observa la gráfica dibujada, como a partir de la mitad del período sufre una subida de 0,5ºC. Este pico indica que la ovulación terminó el día anterior. La temperatura se mantendrá alta hasta la siguiente menstruación.

La temperatura basal se puede tomar de varias formas: en la axila, bucal, vaginal o rectal, debiendo tomarse siempre del mismo modo.

Con la curva de la temperatura basal como referencia se puede saber cuáles son los días de máxima fertilidad del mes siguiente. El período más fértil de la mujer va desde tres días antes de la ovulación hasta un día después. Teniendo esto en cuenta, lo ideal para aumentar las probabilidades de conseguir el embarazo es mantener relaciones sexuales durante estas fechas cada 48 horas. Mantener relaciones sexuales a diario puede rebajar la calidad de los espermatozoides.

Método del moco cervical:

También conocido como método Billings, es un modo de conocer los días fértiles y los no fértiles del período de ovulación aprendiendo a reconocer las características del moco en las diferentes fases del período a través de la observación diaria.

Los días infértiles del ciclo femenino se caracterizan por una mayor sequedad, no se ve ni se siente moco, o este será denso, escaso y pegajoso. Estos patrones de sequedad o mucosidad que ayudan a reconocer los días infértiles, aparecen dos o tres días después del sangrado de la menstruación.

En el período de fertilidad aparece un moco viscoso tras los días de sequedad que preceden a la menstruación, o al cambio de las características del moco que, según pasan los días se aclara, se afina, y aumenta en cantidad, con un aspecto que se asemeja a la clara de huevo. Estas sensaciones se perciben por la lubricación en la piel de la región vulvar y puede ir acompañada de aumento de la líbido y del interés sexual. La fase fértil aparece, aproximadamente, seis días antes de la ovulación.

Hay que tener en cuenta que el período menstrual es único para cada mujer y cada una verá estás características de un modo particular. Si tras el período de observación de los días fértiles se alberga alguna duda lo ideal es consultar con un ginecólogo.