Hacer deporte tiene múltiples beneficios para la salud: además de prevenir enfermedades, fortalece nuestros huesos, músculos y corazón manteniendo nuestro cuerpo joven durante más tiempo. Nos da energía y aumenta la sensación de bienestar tanto físico como mental. En ese sentido, nos ayuda a superar muchas situaciones estresantes de la vida, nos ayuda a relajarnos y dormir y, en general, nos hace sentir más positivos.

Las mujeres que ya practicaban algún deporte pueden seguir haciéndolo siempre que no se intensifique el esfuerzo, que este deporte no sea de los contraindicados y que no se padezca alguna patología. Sin embargo, para aquellas mujeres con hábito sedentario no es el mejor momento para iniciarse en la práctica de deporte, siendo lo más recomendable en estos casos habituarse a caminar media hora diaria.

La práctica de ejercicio aumentará el bienestar físico y psicológico de la madre, y le ayudará a encontrarse más activa, con un cuerpo más flexible y en forma. Además mejorará la circulación y aumentará la resistencia, facilitando el no ganar más peso del recomendado y favorecerá la prevención del estreñimiento.

Pese a todos estos beneficios y a que no existen estudios que demuestren que la actividad física sea peligrosa para la madre o el feto, también se debe conocer que tampoco existe ningún estudio que haya demostrado su total inocuidad para toda la gestación o en todos los casos, por lo que siempre es importante comentar con el médico que controla el embarazo las prácticas deportivas que se siguen.

¿Qué deporte elegir?

Durante la gestación pueden practicarse aquellos deportes que no impliquen un esfuerzo intenso o movimientos bruscos, como por ejemplo el golf, la marcha o la natación. El golf y la marcha, facilitan la circulación sanguínea y la digestión con lo que contribuyen a prevenir el estreñimiento. La natación es un deporte en el que se ejercitan muchos grupos musculares, favorece la circulación y tiene un importante efecto relajante. Deben evitarse los saltos de zambullida y el submarinismo, que están contraindicados, y controlar que la temperatura del agua sea excesivamente caliente.

El baile y la danza pueden practicarse siempre que no se trate de ritmos demasiados rápidos y bruscos y se realicen movimientos suaves. También algunos deportes como el ciclismo, el remo o la gimnasia rítmica pueden practicarse sin problemas con moderación durante la primera mitad del embarazo.

Caminar a buen ritmo, como antes hemos mencionado, es una excelente alternativa para aquellas mujeres que desean mantenerse en forma sin demasiado esfuerzo o que no hayan practicado deporte con anterioridad.

Las precauciones que hay que tomar

Siempre que practiquemos deporte hemos de tener presente que el objetivo es mantener una buena salud, pasar un buen rato, relajarnos y mejorar nuestro ánimo. Si nos excedemos, provocamos el efecto contrario, y todo eso puede afectar al bebé.

– El ejercicio debe ser suave, sin llegar a fatigarnos. Podemos tomar como referencia si podemos hablar a la vez que lo hacemos: si no podemos, nos estamos excediendo.

– Las sesiones de ejercicio no superarán los 60 minutos. Entre 30 y 45 minutos es el tiempo óptimo.

– Siempre precalentaremos antes de hacer ejercicio.

– No podemos deshidratarnos, mientras realizamos la actividad debemos de beber agua cada 10 minutos aunque no tengamos sed. Hemos de tener en cuenta que si a la mujer le falta agua, al bebé también.

– No deberemos sobrepasar las 130 pulsaciones por minuto.

– Hay que recordar que en los 3 primeros meses de embarazo el riesgo de aborto es mayor, por lo que debemos de tener más cuidado. A partir de entonces, la barriga irá creciendo y molestando más, pero hay muchos ejercicios que se pueden hacer sin problemas.

– La regla de oro es consultar con nuestro ginecólogo lo que podemos o no podemos hacer, ya que cada mujer es distinta, y cada embarazo también.