La osteoporosis es una enfermedad que se caracteriza por una disminución de la densidad de los huesos a causa de la pérdida del tejido óseo normal, y, por tanto, una disminución de la resistencia del hueso frente a traumatismos. Es la enfermedad ósea más común, mayormente afecta a las mujeres, y se estima que pueda producir más de 1,3 millones de fracturas al año en todo el mundo, siendo las más frecuentes de cadera, vértebras y muñeca.

El hueso es un tejido vivo, en constante renovación. A lo largo de la juventud la masa ósea de una persona va aumentando. El cuerpo utiliza el calcio y el fósforo para formar hueso nuevo, y, simultáneamente, se destruye hueso envejecido. La osteoporosis aparece cuando se rompe el equilibrio entre estas dos acciones, bien porque disminuye la formación de hueso nuevo, o bien, porque se destruye más que hueso se forma, volviendo los huesos más porosos, delgados y frágiles.

Ciertas enfermedades, hábitos de vida o la menopausia, en el caso de las mujeres, pueden hacer que esta pérdida progresiva se acelere, ocasionando osteoporosis en edades más precoces.

Los factores de riesgo principales son:

  • Envejecimiento
  • Antecedentes familiares
  • Menopausia precoz, natural o quirúrgica
  • Tomar ciertos medicamentos como pueden ser glucocorticoides, hormonas tiroideas y medicamentos anticonvulsivos
  • Clima. Es más frecuente en zonas geográficas donde falta el sol, ya que éste es necesario para activar la vitamina D, que mejora la absorción intestinal del calcio
  • Ser mujer de raza blanca o asiática
  • Bajo peso corporal
  • Vida sedentaria
  • Consumo de tabaco, alcohol o cafeína.
  • Dietas pobres en calcio, especialmente en la adolescencia y juventud.

¿A cuántas personas puede afectar esta enfermedad?

Las mujeres son más propensas a los hombres a sufrir esta enfermedad. Se estima que 1 de cada 3 mujeres de más de 50 años y 4 de cada 10 de más de 75 tienen osteoporosis.

En hombres 1 de cada 12 hombres de más de 50 años.

Según la Sociedad Española de Reumatología esta enfermedad se calcula que podría afectar a 75 millones de personas en Estados Unidos, Europa y Japón. En el caso de España se calcula que 2 millones de mujeres pueden padecerla.

TIPOS DE OSTEOPOROSIS

Entre sus distintos tipos, podemos encontrar:

  • Postmenopáusica: Generalmente aparece en mayores de 50 años (después de la menopausia). Su principal causa es la falta de estrógenos.
  •  Secundaria: es consecuencia de ciertas enfermedades, o efecto secundario de algún tipo de medicamento, como pueden ser la cortisona, fármacos para tratar la hormona tiroidea, anti-inflamatorios para tratar reuma o asma, entre otros.
  • Senil: Se presenta en personas mayores de 65 años que tienen una vida sedentaria y una alimentación deficiente en calcio y vitamina D.

SÍNTOMAS

Sólo presenta síntomas cuando la enfermedad ya está en una etapa avanzada, es decir, cuando la pérdida de hueso ya es importante y pueden ser los siguientes:

  • Deformidades de la columna, una espalda encorvada
  • Dolor en el cuello debido a fracturas de los huesos de la columna.
  • Dolor muscular
  • Debilidad de los huesos y fracturas
  • Pérdida de peso y estatura
  • Dolores producidos por microfracturas

¿Cómo se diagnostica la osteoporosis?

La primera prueba a realizar es una densiometría radiológica de doble energía (DEXA), o realizar una prueba de tomografía axial computarizada (TAC). Estas dos pruebas miden la densidad ósea y son las dos formas más sencillas para obtener un diagnóstico correcto y seguro.

Tratamiento y prevención de la osteoporosis

Como siempre decimos, la prevención es el mejor tratamiento. Para ello, una dieta saludable, con una adecuada ingesta de calcio y de vitaminas, y la práctica de ejercicio físico de forma regular, como puede ser el caminar, trotar, taichí, etc. Ayuda a tener mejor equilibrio y refuerza la musculatura, disminuyendo el riesgo de sufrir caídas o fracturas.

Evitar el consumo de tabaco, alcohol y cafeína.

También se disponen de varios fármacos que ayudan a detener la pérdida del mineral. Actualmente los más utilizados son: bifosfonatos, calcitron, teriparatida, alendronato y risedronato, raloxifeno e ibandronato, por supuesto siempre recetado y controlados por tu especialista.