La monitorización fetal es un procedimiento médico que se utiliza para evaluar la salud y el bienestar del feto durante el embarazo y el parto. La monitorización fetal se realiza mediante el uso de dispositivos que registran y muestran la frecuencia cardíaca del feto y las contracciones uterinas de la madre.
Existen dos tipos de monitorización fetal: la externa y la interna.
Monitorización externa
Se realiza colocando dos sensores en el abdomen de la madre, uno mide la frecuencia cardíaca fetal y otro registrar las contracciones uterinas. De este modo, los sensores están conectados a una máquina que graba y muestra la actividad fetal y las contracciones uterinas.
Monitorización interna
Para empezar, se coloca un electrodo directamente en el cuero cabelludo del feto a través de la vagina de la madre. El electrodo mide la frecuencia cardíaca fetal de manera más precisa que la monitorización externa. Además, se puede medir la presión intrauterina con una sonda especial. Este método que se utiliza para comprobar el bienestar fetal durante el parto.
¿Cuándo se realiza?
ANTEPARTO
La monitorización fetal permite valorar el bienestar fetal antes del parto. Sobre el abdomen materno se colocan dos receptores, uno que registra la presencia de contracciones uterinas, y otro que registra la frecuencia cardíaca fetal. Su duración mínima es de 20 minutos.
Para la realización del test se recomienda que la paciente haya ingerido alimentos dentro de las dos horas previas y colocarse preferentemente en posición de decúbito lateral izquierdo (ladeada >10 grados hacia la izquierda). Su ginecólogo le recomendará a partir de cuándo debe realizarlo. En gestaciones de bajo riesgo suele ser entre la semana 38 y la semana 40.
INTRAPARTO
La monitorización fetal es un procedimiento común durante el trabajo de parto y el parto. Puede ser externa o interna. En suma, ayuda a los médicos y enfermeras a detectar cualquier problema en el feto y tomar medidas para garantizar un parto seguro.